Durante los últimos años en la Escuela Superior de Arquitectura de Madrid, a mediados de los años 90 del pasado siglo XX, solía hacer un test entre los compañeros, los profesores e incluso el director de la ETSAM. Pedía dibujar la Tierra y la Luna esquemáticamente con dos círculos que representaran su relación de tamaños y distancia. 

El 97% de los encuestados dibujaba la siguiente imagen:

La imagen real en cuanto a proporciones y distancia entre la Tierra y la Luna es la siguiente:

La diferencia entre los dos dibujos hace evidente la distorsión que tenemos entre lo que creemos que son las cosas y lo que son las cosas de verdad. 

Al mostrar la imagen real, los encuestados mostraban sorpresa, pero a la vez una sensación de fascinación y alegría por descubrir la verdad.

Este test supuso sin saberlo entonces, el origen de la "Investigación del Hábitat" que inicié años después desde el estudio del verdadero tamaño de las cosas en el año 2002, y he seguido haciéndolo durante los pasados 20 años en cursos y másteres en los que he participado  sobre sostenibilidad como profesor invitado. 

Aunque la tecnología ha avanzado mucho en lo que llevamos de siglo XXI, y las imágenes del Espacio las tenemos a nuestro alcance sin tener que buscarlas en bibliotecas o libros especializados, el resultado del test sigue siendo muy parecido al de hace 20 años.

La forma de exponer y representar las cosas influye directamente en nuestro conocimiento y por tanto conciencia de quienes somos, donde estamos o porqué somos y actuamos tal cual.